Actualiza y reescribe tu guión de vida

¿Te has dado cuenta de que muchas veces te encuentras en la misma situación?. ¿Quizá siempre terminas sintiendo que aportas más que los demás, o que te esfuerzas mucho por modificar algo y no logras salir del pozo, ya sea en ámbito personal o profesional?.

Eric Berne, psiquiatra y psicólogo canadiense, discípulo de Paul Federn (discípulo de Freud), fue especialmente conocido por haber creado el Análisis Transaccional. Tomando la transacción como unidad básica de relación social, el autor integró conceptos psicoanalíticos y humanistas e incluso conductistas, centrando su perspectiva en el presente y el crecimiento personal, estableciendo una teoría respecto al guión de vida que interpretamos.

Observó en su consulta que todas las personas a las que acompañaba en su proceso de terapia psicológica parecían actuar siguiendo lo que él denominó un “guión de vida”, que es como el argumento preestablecido de una obra dramática que la persona representa, sin cuestionarlo, independientemente de cómo la persona vive dicho guión y personaje.

Cada familia se mueve dentro de sus propios puntos de referencia, dentro de su propia escala de valores y costumbres y desea que los niños que traiga al mundo se adapten a su propia visión de la existencia, reforzando las conductas que estén dentro de dicho esquema y castigando o ignorando las que no se adapten. Poco a poco, el niño se hace una idea de lo que se espera de él y comenzará a amoldarse a los mandatos parentales para conseguir la complacencia de las caricias positivas.

El guión de vida se establece en base a dos elementos:

  1. Los mandados: prohibiciones o inhibiciones impuestas al niño, que hacen referencia a la negación de una actividad y son proyecciones de los miedos y deseos de los padres, principalmente (mensajes limitadores “no lo hagas”, “no pienses”, “no seas importante”, “no seas un niño”, “no confíes”, “no lo lograrás”, “no sientas”, “no disfrutes”, o impulsores “se perfecto”, “inténtalo una y otra vez”, “complace”, “se fuerte”,…).
  2. Las atribuciones: “etiquetas” con las que todos cargamos desde pequeños. Son fruto de las proyecciones de nuestras figuras de referencia (padres, familiares, formadores,…) y nos moldean desde edad muy temprana, limitando al niño a que sea o haga de una manera determinada. Tanto en afirmaciones positivas (“eres inteligente”, “eres fuerte”, “puedes conseguir lo que quieras”, ..) como en negativas (“eres igual que tu padre”, “eres malo”, “eres desordenado”, “eres malo en matemáticas”, “no se puede confiar en ti”).

No permitas que ningún guión que no sea tuyo te condicione. Libera tu alma de los guiones del pasado. Tenemos la responsabilidad de observar y cuestionarnos nuestra vida, sin juzgarla, simplemente para ver cómo nos hemos ido construyendo y sobre todo, observar qué creencias de la vida nos han hecho tomar una u otra dirección.

 “Las personas nacen príncipes y princesas hasta que el proceso de civilización los convierte en sapos. Es nuestra responsabilidad quitarnos esa piel de sapo y seguir siendo príncipes y princesas.” Eric Berne

Un proceso de Terapia o de Coaching Profesional nos permite reconocer nuestros guiones adquiridos, para así poder cuestionarlos, actualizarlos, renovarlos, desecharlos,… y ante todo darnos el poder de ser nuestros propios guionistas. El máximo exponente de libertad que tenemos, es nuestra capacidad para cambiar nuestro propio guión de vida.

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Juan Mayor / Psicólogo & Executive Coach

info@juanmayor.com

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